El
Presidente del Gobierno dijo ayer en Bruselas que el Rey no puede mediar
en los asuntos de Estado. Afirmación rotundamente falsa de toda
falsedad.
Si el Presidente del Gobierno no es capaz de sentarse a dialogar sin
condiciones previas y
espíritu abierto con el President de la Generalitat sobre un asunto de
tanta gravedad que afecta a todos, el Rey tiene la obligación de ejercer
las funciones que le han sido encomendadas por la Constitución para
arbitrar y moderar el funcionamiento de dos instituciones del Estado hoy
en conflicto: la Generalitat de Cataluña y el Gobierno de España.
El Presidente del Gobierno no puede enrocarse en un tema como es el
catalán por motivos electorales de su partido. Si no desea buscar una
salida inteligente al problema que se plantea entre esas dos
instituciones del Estado, deberá dimitir o convocar elecciones generales
porque, además, hoy su partido ya no representa los votos que le dieron
la mayoría absoluta en las dos cámaras legislativas.