El fenómeno de Podemos, la Transición, la dictadura de las mayorías y el
nacimiento de las castas políticas.
Según la encuesta que hoy publica El Confidencial, Podemos se consolida
como la primera fuerza política, y en ascenso. Lidera las encuestas de intención de voto directa con un 16,9% de
las respuestas frente a los bajos niveles de apoyo del 7,8% del PP y del
7,2% del PSOE.
Este es el fenómeno Podemos, es decir, la resultante del cabreo general de
los españoles por los 36 años de componendas y contubernios entre el PSOE
y el PP: "hoy te toca a ti y mañana a mí".
La gente está harta de que le tomen el pelo. Si la Transición fue posible
por los tiempos que corrían (paso de la dictadura a la democracia), los
partidos políticos se aprovecharon de esas circunstancias para blindar su
gobernanza y someter a la ciudadanía a férreo control desde todas las
instituciones del Estado y sus órganos de poder, como es el caso del poder
judicial.
En España no existe la separación de poderes, porque los partidos
políticos, a través del Congreso, del Senado y del Gobierno de turno,
intervienen en la designación de los jueces que gobiernan sus órganos de
poder.
El Gobierno del PP podrá engañar a los ciudadanos con sus ridículas
maniobras de distracción con la Ley de Transparencia y su portal digital
(¿y qué hay de los cuantiosos gastos de representación que tiene el
Presidente del Gobierno?).
El Gobierno no debería gozar de ninguna legitimidad, por muy amplias
mayorías parlamentarias que tenga en el Parlamento, para intervenir en el
funcionamiento normal de los otros poderes del Estado.
De nada sirven las medidas que se legislen contra la corrupción, si no se
consagra de forma plena la separaciones de poderes en la Constitución, y
se suprime la designación de los jueces de sus órganos jurisdiccionales
por parte de los otros poder: legislativo y ejecutivo.
Si Podemos desea alcanzar la confianza de los ciudadanos, tendrá que
moderar su discurso y sus proyectos, porque de lo contrario se encontrará
frente a una clase media (que es quien decide las cosas en España), que no
desea correr riesgos innecesarios para garantizar su vida cotidiana, le
retirará su apoyo y Podemos pasará a la historia como un fenómeno político
que pudo gobernar España, pero que no lo logró por sus posturas
maximalistas.